Aquellas emergentes risas de eternas discuciones de incoherentes y execivas parrafadas de oraciones prolongándose por un tiempo indeterminado hacen nacer una sonrisa de mi cara.. ¡que risa, todos lloraban! me sentían un arlequin al que le dieron mal la dirección del reino que debia ir a entretener. Igualmente nadie lo notaba. Esa sonrisa era sólo y exclusivamente para mi. Era mi mente quien la producía, por eso me pertenecía y su luz debía iluminar el rostro de MI persona.. creo que ya comprendieron.
En fin.. nadie lo notaba porque estaban demasiados concentrados en tener la razón.. la propia razón. Sólo con eso iban a estar atentos a mi. Pero era en vano esperar.. generalmente ese tipo de discusiones se prolongaban hasa altas horas de las madrugas y tb (o mejor dicho casi siempre) las tardes y atardeceres en las calles de nuestro querido barrio, barrio lleno de historias; no sólo nuestras, sino de cada una de las personas que viven en el.
En realidad eso no venía al caso, ya que estaba hablando de las discusiones sin fin y sin sentido, pero que se hacen tan o más importante que cualquier otra cosa..
Mi sonrisa quedó abandonada por un tiempo más.. luego apareció el camión de la basura y se la llevo junto con algunas lágrimas que había derramado la noche anterior.
A veces me escribe mi sonrisa, y me cuenta cómo la esta pasando y a los otro sentimientos que conoció..
En una de sus cartas me confesó que se enamoró de un enojo que era muy intolerante, pero con su ayuda pudo superar algunas de sus molestias y pudo ser un poquito más alegre..

Creo que el deber me llama, y mi estómago pide a gritos ser alimentado.

saludos.. hasta la próxima.